
Figura 1. El lado feo de la física hollywoodense
En el cubículo de al lado, en la empresa donde trabajo, ocurrió lo siguiente:
x: pretenciosa becaria de ingeniería
y: Ingeniera de otra área a la que se le va el pedo
- y: Hola
- x: Hola
- y: ¿Si conoces a Alma?
- x: Si
- y: ¿Qué no es este su lugar? Es que la ando buscando y necesito preguntarle unas cosas.
- x: Pues era su lugar pero ya hace tres meses que estoy aquí.
- y: ¡Júramelo!
- x: ¿Cómo ves? Hace dos semanas también venistes preguntando por ella.
- y: Uyy... bueno, ¡Ciao!
Y tal como lo indica la última línea del bien logrado guión anterior, justo después de irse, la becaria viene a mi lugar y me dice:
- x: ¡Ayy! es que se supone que es ingeniera. ¿Qué no sabe que hay leyes para eso?
- Yo: ¿Cuales?
- x: Pues las de Newton... Ya no me acuerdo si es la segunda o tercera Ley. Esa que dice que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo.
- Yo: A la otra, cuando vuelva a preguntarte, le contestas que la traes en la bolsa.
- x: Jaja. Pero en serio, ¿No recuerdas cual es?
- Yo: No, pero lo explican en la película de Timecop.
Coincidentemente puso una cara igualita a la del villano de Timecop, en la que su versión del futuro le explica que no lo toque. No vaya a ser que viole una Ley del malvado Newton y acaben como vómito.
Por cierto, no volvió a hablarme sino hasta en la tarde, cuando necesitó le prestara mi engrapadora.
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